sábado, 4 de julio de 2009

DAMASCO

DAMASCO, EL SHAM, دمشق

Damasco, es sin duda la ciudad más hermosa del mundo. Ya en su día Mahoma dijo no querer volver a Damasco pues todavía no le había llegado la hora de entrar en el paraíso. Y fue declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
La ciudad antigua esta rodeada por una muralla romana, de la que se conservan 8 puertas. La más conocida es Bab Tumá, es decir, La Puerta de Tomás, en la que se ubican todos los barrios cristianos.
Pero la zona más encantadora, en mi opinión es el Gran Zoco, Al Souq Al Hamidiyé, donde encontramos todo el trabajo tradicional artesanal y en el que vemos los diferentes gremios y profesiones que pasan de abuelos a padres y de padres a hijos.
Al final del zoco, las famosas columnas de jupiter, a un lado, telas, perfúmes y vestidos y al otro lado el gremio de la venta de coránes. El Corán, por cierto, jamás se ha de regatear. Es una gran ofensa. Su precio es el establecido.
En frente, se abre una gran plaza, donde encontramos la Gran Mezquita Omeya, donde está enterrado Salah Al-Din (Saladino), a la izquierda, una zona llena de auténticas joyas de antiguos libros, y del otro lado, la zona de los plateros y entrada hacia las pequeñas callejuelas que nos conduciran o bien al cementerio o bien al barrio cristiano, el Bab Touma. En dichas calles se encuentra la famosa cafeteria: Al-Nafurát, donde algunas tardes un anciano barbudo, cuenta maravillosos cuentos de los antepasados, mientras que sus oyentes atienden encantados fumando narguile y bebiendo té.

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